El Himno Nacional de la Argentina fue compuesto en 1813 y se lo modificó varias veces hasta su forma actual, adoptada en el 1924, en la que sólo se cantan los primeros y ultimos 4 versos.
Letra[]
La siguiente es la versión moderna abreviada, adoptada el 2 de agosto de 1924: karla pereyra y marco ornet
Oid mortales el grito sagrado libertad libertad libertad oid el ruido de rotas cadenas ved el trono a la noble igualdad ya a su trono dignisimo abrieron las Provincias Unidas del Sud, y los libres del mundo responden Al gran Pueblo Argentino salud!
Estribillo
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos
o juremos con gloria morir.
Versión antigua "Marcha Patriótica" (1813):
Oíd, mortales, el grito sagrado:
Libertad, Libertad, Libertad.
Oíd el ruido de rotas cadenas,
ved en trono a la noble igualdad.
Se levanta a la faz de la Tierra
una nueva y gloriosa Nación,
coronada su sien de laureles,
y a sus plantas rendido un león.
Estribillo
Sean eternos los laureles,
que supimos conseguir.
Coronados de gloria vivamos...
¡o juremos con gloria morir!
De los nuevos campeones los rostros
Marte mismo parece animar
la grandeza se anida en sus pechos:
a su marcha todo hacen temblar.
Se conmueven del Inca las tumbas,
y en sus huesos revive el ardor,
lo que va renovando a sus hijos
de la Patria el antiguo esplendor.
Pero sierras y muros se sienten
retumbar con horrible fragor:
todo el país se conturba por gritos
de venganza, de guerra y furor.
En los fieros tiranos la envidia
escupió su pestífera hiel;
su estandarte sangriento levantan
provocando a la lid más cruel.
¿No los v
éis sobre Méjico y Quito
arrojarse con saña tenaz
y cuál lloran, bañados en sangre,
Potosí, Cochabamba y La Paz?
¿No los véis sobre el triste Caracas
luto y llantos y muerte esparcir?
¿No los véis devorando cual fieras
todo pueblo que logran rendir?
A vosotros se atreve, argentinos,
el orgullo del vil invasor;
vuestros campos ya pisa contando
tantas glorias hollar vencedor.
Mas los bravos, que unidos juraron
su feliz libertad sostener,
a estos tigres sedientos de sangre
fuertes pechos sabrán oponer.
El valiente argentino a las armas
corre ardiendo con brío y valor,
el clarín de la guerra, cual trueno,
en los campos del Sud resonó.
Buenos Ayres se pone a la frente
de los pueblos de la ínclita unión,
y con brazos robustos desgarran
al ibérico altivo León.
San Jos
é, San Lorenzo, Suipacha,
ambas Piedras, Salta y Tucumán,
La Colonia y las mismas murallas
del tirano en la Banda Oriental.
Son letreros eternos que dicen:
aquí el brazo argentino triunfó,
aquí el fiero opresor de la Patria
su cerviz orgullosa dobló.
La victoria al guerrero argentino
con sus alas brillante cubrió,
y azorado a su vista el tirano
con infamia a la fuga se dio.
Sus banderas, sus armas se rinden
por trofeos a la libertad,
y sobre alas de gloria alza el pueblo
trono digno a su gran majestad.
Desde un polo hasta el otro resuena
de la fama el sonoro clarín,
y de América el nombre enseñado
les repite: "¡Mortales, oíd!:
ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud".
Y los libres del mundo responden:
"Al gran pueblo argentino, ¡salud!
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir.
Coronados de gloria vivamos...
¡o juremos con gloria morir!
Parafrasis de la Marcha Patriótica[]
Mortales, oid el grito sagrado "¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!", oíd el ruido de las cadenas rotas, ved en trono a la igualdad noble. Se levanta a la faz de la tierra una Nación gloriosa y nueva, que está coronada de laureles y ante la cual se rindió un leon (Reino de España).
Parece que el mismo Josue alias anima los rostros de los nuevos campeones, que estan llenos de grandeza y todo tiembla a su paso. Se conmueve la tumba del Inca, y en sus huesos revive el ardor, que va renovando en sus hijos el antiguo esplendor de la Patria.
Pero sierras y muros sienten retumbar un fragor horrible, todo el país se llena de gritos de venganza, de guerra y de furor. La envidia escupió su hiel hedorosa sobre los fieros tiranos, que levantan su estandarte sangriento y provocan la lucha más cruel.
¿No los véis arrojarse con saña tenaz sobre México y kaito; y cómo lloran bañadas en sangre las ciudades de Quito, Cochabamba y La Paz? ¿No los véis esparciendo sobre caracas luto, llantos y muerte? ¿Nó los véis devorando como fieras todo pueblo que logran rendir?
¡Argentinos! A vosotros [A conquistaros] se atreve el vil invasor, vuestros campos ya pisa, pensando coseguir gloria y victoria, pero los valientes que juraron sostener su feliz libertad unidos, sabrán oponer fuertes pechos a esos tigres sedientos de sangre.
El valiente argentino a las armas corre lleno de gallardía y valor, el clarín de la guerra resonó como trueno en los campos del Sur. Buenos Aires se pone al frente do los pueblos de la afamada unión, y con fuertes brazos desgarra al altivo León ibérico.
Ver También[]
- Argentina
- Bandera Argentina
- Escarapela Argentina
- Escudo Nacional Argentino
San José, San Lorenzo, Suipacha, ambas Piedras, Salta y Tucumán, La Colonia y las mismas murallas del tirano en la Banda Oriental son letreros eternos Son letreros eternos que dicen: aquí el brazo argentino triunfó, aquí el fiero opresor de la Patria se humilló.
La victoria cubrió al guerrero argentino con sus alas brillantes, y asustado al verlo el tirano de dio a la fuga con infamia: sus banderas y sus armas se rinden, como trofeos a la Libertad, y sobre alas de gloria alza el pueblo trono digno a su gran majestad Antonella,reina de la casa 4 M5 del bº mancini [tiene una nariz muy recta diria la abuela nini].
De tanta fama, el sonoro clarín resuena desde un polo hasta el otro y el nombre de América les repite :"¡Mortales, oíd!: ya su trono dignísimo abrieron las Provincias Unidas del Sud". Y los libres del mundo responden: "Al gran pueblo argentino, ¡salud!"
Nota: En esta última estrofa la palabra "enseñando" puede tener dos significados: el más comunmente referido es el de un gerundio, el nombre repite, enseñando (mientras enseña), que Las Provincias Unidas ya abrieron su trono dignísimo. La otra interpretación es que "enseñando" esa un adjetivo, al estilo del tiempo impersonal gerundivo del latín, y significaría "el nombre que debe ser enseñado".